Correr es uno de los deportes más apreciados en el mundo, ya que su práctica es tan completa como la natación y puede realizarse en prácticamente cualquier lugar y cualquier momento, como el fútbol. Se trata de un deporte completamente accesible; ya sea entregándose al movimiento por catarsis o por disciplina, en ambos casos la experiencia es inspiradora.
Y qué mejor forma de practicarlo que en campo abierto, donde tu disciplina se integra de lleno al entorno natural, que hace de correr una experiencia adictiva, inolvidable, reflexiva y mucho más efectiva que en la ciudad.
Por eso queremos compartirte 5 excelentes razones para correr en campo traviesa.
- Prueba completa de atletismo
Correr no solamente es una actividad física, se trata de una convicción que requiere de un estado físico, espiritual y psicológico totalmente concentrados. Y qué mejor que hacerlo a campo abierto, donde los obstáculos provienen de la diversidad del terreno, desde baches, ramas y rocas a mitad de camino, lodazales, charcos pequeños o extensos, subidas y bajadas, curvas y encrucijadas, senderos con arboledas o rutas sin una sola sombra en kilómetros. Todo esto presenta una ventaja física tremenda, ya que las características de las rutas y la constancia que tú mismo brindes al ejercicio, permitirán el fortalecimiento de los huesos, reducción de celulitis, regeneración de la masa muscular y controlar nuestro peso, mejorar el sistema cardiovascular y, aunque no lo crean, repercute a la autoestima (ya hablaremos de eso).
- Mayor fluidez de aire puro
En la intemperie tenemos mayor fluidez del aire más puro que la naturaleza ofrece. Lejos del bullicio de la ciudad, o incluso del propio gimnasio, el oxígeno del campo nos beneficia más directamente a los pulmones y al movimiento, muchas veces restringido por peatones, calles ruidosas y automóviles. Aunque es verdad que muchas personas aprovechan la actividad de correr cuando van al trabajo (algo que se debería hacer para reducción de contaminantes y consciencia medioambiental), es mucho más recomendable hacerse de un espacio para otro tipo de parajes.
- Sensación de colectividad
En las carreras formales, congeniamos hombro a hombro con una gran diversidad de personas, forjando una multitud que trota a una misma meta, aunque con diferentes estilos y visiones del camino. La intemperie crea un ambiente de colectividad mucho más auténtico, ya que el contacto con la naturaleza brinda un escenario de espontaneidad en el movimiento y, por tanto, mayor fluidez en la interacción. Se comparten opiniones respecto a la frescura del entorno y la competencia puede adquirir un fuerte y honesto sentido de comunidad.
- Vivir el paisajismo natural
El escenario natural es la auténtica recompensa de estas carreras. El campo tiene innumerables detalles por apreciarse, muchos de ellos formando parte de los obstáculos que aportan a la destreza y la fuerza. Ríos y riachuelos, variedad de flora, fauna y minerales, senderos de árboles alineados, rayos de sol entre las ramas y las nubes, montes y colinas (o montañas, dependiendo de la región), horizontes impecables como pinturas en movimiento, e incluso charcas desde donde se refleja un fragmento de esos horizontes. Todos estos complementos pueden hacer del correr una experiencia fantástica.
- Espacio para la reflexión
Anteriormente mencionamos que el correr repercute a la autoestima. Esto es cierto, ya que los estímulos que brinda el correr logra levantar los ánimos, generar seguridad en nuestra actitud y aptitudes, y por supuesto, darnos espacio para reflexionar con lo mejor de nosotros. Aún en compañía, la concentración en esta actividad rodeada de paisajismo natural, provee el momento perfecto para pensar, inventar, tomar decisiones, reencontrarse con uno mismo, aclarar la mente y disponer de un tiempo que ayuda a la totalidad de tu cuerpo.
Date una oportunidad para vivir esta experiencia, realmente puede marcar la diferencia en tu día y hasta en tu estilo de vida. Nada como entregarse a la intemperie natural en la plenitud del ejercicio para mejorar actitud y espíritu.
